El azúcar se encuentra en mayor o menor medida en casi todos los alimentos que consumimos, y se usa principalmente para generar energía, en combinación con la respiración.

Al comer, el azúcar de la comida pasa a la sangre pero, para poder usarse, debe pasar de la sangre a los órganos. La insulina es la encargada de hacer pasar el azúcar desde la sangre a los órganos.
En el caso de los diabéticos, o bien su cuerpo no produce insulina (diabetes tipo I) o la insulina no consigue hacer pasar el azúcar a los órganos (diabetes tipo II), y en ambos casos el azúcar se acumula en la sangre.Cuando ésto ocurre, se pueden producir daños en los ojos (visión borrosa), riñones (micción más frecuente), piernas y corazón; además de hambre, pérdida de peso y fatiga. Por ello, es importante controlar la cantidad de azúcar en sangre.

A largo plazo, se puede controlar el azúcar con pruebas de laboratorio (Ac1), que miden la cantidad media de azúcar que ha estado en la sangre durante los últimos meses. Éstas son las pruebas que hace el médico para medir al detalle la progresión de la enfermedad.
A corto plazo, se puede controlar con glucómetros, que miden la cantidad de azúcar en sangre en un momento concreto. Como ésta cantidad varía según la hora del día y las comidas, es importante saber interpretar los resultados. Éstas pruebas son útiles para ajustar la dieta y el ejercicio físico, y conocer de forma aproximada la evolución de la diabetes.

En la farmacia podemos ayudarte a controlar tu cantidad de azúcar en sangre y asesorarte sobre las medidas que podemos tomar para evitar complicaciones.
También podemos ayudarte a medir y controlar tú mismo la cantidad de azúcar en sangre, informándote sobre cómo realizar la prueba, cuándo realizarla y cómo interpretar correctamente los resultados.

Si tienes alguna pregunta, no dudes en hacérnosla llegar.